Hace un año que nos graduamos, sí, ya tenemos el título, algunos hemos comenzado a dar pequeños pasos hacia la verdadera profesionalidad, otros aun estamos formándonos... Lo que es seguro es que fue una experiencia increiblemente enriquecedora pues crecimos como personas y comenzamos a madurar.
Después de estos cuatro largos años de carrera, para mi la pedagogía es un arte. Un buen pedagogo o docente se gana el respeto a través del amor y no del miedo. Haciendo de su educación una herramienta capacitadora para elegir de manera crítica a través de la reflexión dando la posibilidad de ver más allá. Viviendo de manera óptima para sí y para los demás siendo ante todo persona. Por lo que creo que es muy importante la evaluación constante que realiza, por ejemplo Freire de su propio método. La autocrítica ayuda a avanzar, a investigar mejorando nuestra práctica docente y nuestra humanidad. Pienso que siempre se ha de ser crítico con todo, sopesando los resultados de nuestros actos. Como finalidad del acto de educar debería ser generar un compromiso, el compromiso que implica vivir en democracia, lo que conlleva un compromiso social y político. Que aproveche el conflicto para mejorar y transformarse. El docente debe insistir en la idea de que solo se puede vivir en democracia, con una práctica educativa democrática, respetando la diversidad cultural y a su vez buscando una igualdad de derechos.
Después de estos cuatro largos años de carrera, para mi la pedagogía es un arte. Un buen pedagogo o docente se gana el respeto a través del amor y no del miedo. Haciendo de su educación una herramienta capacitadora para elegir de manera crítica a través de la reflexión dando la posibilidad de ver más allá. Viviendo de manera óptima para sí y para los demás siendo ante todo persona. Por lo que creo que es muy importante la evaluación constante que realiza, por ejemplo Freire de su propio método. La autocrítica ayuda a avanzar, a investigar mejorando nuestra práctica docente y nuestra humanidad. Pienso que siempre se ha de ser crítico con todo, sopesando los resultados de nuestros actos. Como finalidad del acto de educar debería ser generar un compromiso, el compromiso que implica vivir en democracia, lo que conlleva un compromiso social y político. Que aproveche el conflicto para mejorar y transformarse. El docente debe insistir en la idea de que solo se puede vivir en democracia, con una práctica educativa democrática, respetando la diversidad cultural y a su vez buscando una igualdad de derechos.